miércoles, 30 de enero de 2013

¿Por qué los perros viven menos que las personas?



Porque la gente viene al mundo para aprender cómo vivir una buena vida cómo amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas. En cambio, los perros ya saben cómo hacer todo eso y por ello no necesitan vivir tanto tiempo como nosotros.


Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:

- Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.

- Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.
- Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro éxtasis.
- Toma siestas.
- Estírate antes de levantarte.
- Corre, brinca y juega a diario.
- Mejora tu atención y deja que la gente te toque.
- Evita morder cuando un simple gruñido sería suficiente.
- En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en el pasto, patas abiertas.
- Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate bajo la sombra de un árbol.
- Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo.
- Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.
- Sé leal.
- Nunca pretendas ser algo que no eres (un perro no puede pretender ser un gato jajaja)
- Si lo que quieres está enterrado...escarba hasta que lo encuentres.
- Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazles sentir que estás ahí...


*encontrado en internet

Tokio blues: Norwegian wood. Haruki Murakami, pág. 72


(...) ¿Por qué a los hombres les gustan tanto las mujeres con melena? ¡Son unos fascistas! ¿Por qué piensan que las chicas con el pelo largo son elegantes, dulces y femeninas? Yo conozco a unas doscientas cincuenta mujeres con el pelo largo que son de lo más vulgar.
- A mí me gustas más así - le dije.
No mentía. Por lo que recordaba, con el pelo largo era una chica muy normalita. En cambio, la que estaba sentada frente a mí destilaba vida y frescura por cada uno de sus poros, como si fuera un animalito que acabara de irrumpir en el mundo para recibir la primavera. Sus pupilas se movían como si tuvieran vida propia, riendo, enfadándose, asombrándose, conformándose. Hacía mucho tiempo que no veía un rostro tan expresivo, y me quedé unos instantes mirándola impresionado.

sábado, 26 de enero de 2013

'Saudades' de Clarice Lispector



Siento saudades de todo lo que marcó mi vida.

Cuando veo retratos, cuando percibo olores,
cuando escucho una voz, cuando me acuerdo del pasado,
yo siento saudades…

Siento saudades de amigos que ya nunca vi,

de personas con las que ya no hablé ni me topé…

Siento saudades de mi niñez,

de mi primer amor, del segundo, del tercero,
del penúltimo y de aquellos que aun voy a tener, si Dios quiere…

Siento saudades del presente,

que no aproveché de todo,
recordando el pasado
y apostando en el futuro…

Siento saudades del futuro,

que si idealizado,
probablemente no será de la forma que pienso que va a ser…

Siento saudades de quien me dejó ¡y de quien yo dejé!

De quien dijo que volvería
y nunca apareció;
de quien apareció corriendo,
sin conocerme bien,
de quien nunca voy a tener la oportunidad de conocer.

Siento saudades de los que se fueron ¡y de quien no me despedí bien!


De aquellos que no tuvieron

cómo decirme adiós;
de gente que pasó por la acera del lado opuesto de mi vida
¡y que sólo atisbé de un vistazo!

Siento saudades de cosas que tuve

y de otras que no tuve
¡pero que quise mucho tener!

Siento saudades de cosas

que ni sé si existieron.

Siento saudades de cosas serias,

de cosas hilarantes,
de casos, de experiencias…

Siento saudades del cachorrito que tuve un día

y que me amaba fielmente, ¡como sólo los perros son capaces de hacerlo!

Siento saudades de los libros que leí ¡y que me hicieron viajar!


Siento saudades de los discos que oí y que me hicieron soñar,


Siento saudades de las cosas que viví

y de las que dejé pasar,
sin sufrir del todo.

Cuántas veces tengo la voluntad de encontrar no sé qué…

no sé dónde…
para rescatar alguna cosa que ni sé qué es ni dónde perdí…

Veo el mundo girando y pienso que podría estar sintiendo saudades

En japonés, en ruso,
en italiano, en inglés…
pero que mi saudade,
por haber nacido en Brasil,
sólo habla portugués, a pesar de que, en el fondo, pueda ser políglota.

Además, dicen que se acostumbra usar siempre la lengua patria,

espontáneamente cuando
estamos desesperados…
para contar dinero… hacer el amor…
declarar sentimientos fuertes…
en el lugar del mundo en el que estemos.

Creo que un simple

“te extraño”
o no sé
como podamos traducir saudade en otra lengua,
nunca tendrá la misma fuerza y significado de nuestra palabrita.

Tal vez no exprese correctamente

la inmensa falta
que sentimos de cosas
personas queridas.

Y es por eso que tengo más saudades…

Porque encontré una palabra
para usar todas las veces
que siento este apretón en el pecho,
medio nostálgico, medio gustoso,
pero que funciona mejor
que un signo vital
cuando se quiere hablar
de vida y de sentimientos.

¡Ella es la prueba inequívoca

de que somos sensibles!
De que amamos mucho
lo que tuvimos
y lamentamos las cosas buenas
que perdemos a lo largo de nuestra existencia… 

lunes, 14 de enero de 2013

Cosas (Gabriela Mistral)



2
Pienso en umbral donde dejé
pasos alegres que ya no llevo,
y en el umbral veo una llaga
llena de musgo y de silencio.


(extracto)

sábado, 12 de enero de 2013


Un pedazo de alma se le quedó en las raíces de un árbol. A kilómetros de distancia sus pies comenzaban a llenarse de musgo.

Si pudiera hacerme chiquitita dormiría sobre la güata peluda de los gatos y mis amigos/as serían puras chinitas.

jueves, 3 de enero de 2013



"¿Esto te ha funcionado antes? O déjame adivinarlo: nunca lo habías intentado. En realidad tú no le hablas a las mujeres normalmente ¿o me equivoco? La verdad es que tú eres uno de esos chicos silenciosos y sensibles, pero si estoy dispuesta a arriesgarme quizá podría llegar a conocer tu yo interior: ingenioso, aventurero, apasionado, cariñoso, leal, un poco loco, un poco malo... ¿pero no es acaso eso lo que las mujeres amamos?"

-Diane (Trainspotting)