jueves, 30 de mayo de 2013

extracto de 'cansancio' de Oliverio Girondo


Cansado,

sobre todo,
de estar siempre conmigo,
de hallarme cada día,
cuando termina el sueño,
allí, donde me encuentre,
con las mismas narices
y con las mismas piernas;
como si no deseara
esperar la rompiente con un cutis de playa,
ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,
acariciar la tierra con un vientre de oruga,
y vivir, unos meses, adentro de una piedra.

'Pregunta' de Liliana Ancalao


habrá que resignarse a ser pregunta

arremangarse los pies

seguir andando

con un golpe de sismo por espalda

sin cimiento

ni contemplaciones



habrá que acostumbrarse sin respuesta

morir en una historia y otra historia

salir de madre pateando las preguntas

por los caños de la piel

hasta los huesos



y andar

humano no más

apuntalando luchas

controlando el pulso de la tierra



mirarse escombro en el mapa de los sueños

lunes, 27 de mayo de 2013

Aplastamiento de las gotas (Julio Cortázar)




     Yo no sé, mirá, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones 

cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro qué hastío. Ahora aparece una gotita 
en lo alto del marco de la ventana, se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo 
y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. 
     Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga, 
ya es una gotaza que cuelga majestuosa y de pronto zup ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. 
     Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración 
del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. 
     Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.

Fragmento de 'Bodas de Sangre'



Novia: ¡Porque yo me fui con el otro, me fui! (Con angustia.) Tú también te hubieras ido. Yo era una mujer quemada, llena de llagas por dentro y por fuera, y tu hijo era un poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud; pero el otro era un río oscuro, lleno de ramas que acercaba a mí el rumor de sus juncos y su cantar entre dientes. Y yo corría con tu hijo que era como un niñito de agua, frío, y el otro me mandaba cientos de pájaros que impedían el andar y que dejaban escarchas sobre mis heridas de pobre mujer marchita, de mujer marchitada por el fuego. Y yo no quería, ¡óyelo bien!; yo no quería, ¡óyelo bien!, yo no quería. ¡Tu hijo era mi fin y yo no lo he engañado pero el brazo del otro me arrastró como un golpe de mar, como la cabeza de un mulo, y me hubiera arrastrado siempre, siempre, siempre, siempre, aunque hubiera sido vieja y todos los hijos de tu hijo me hubiesen agarrado de los cabellos!


(Federico García Lorca)

sábado, 18 de mayo de 2013

Ay, mi gorrión - Juanito el cantor


aay, mi gorrión se me escapó de la jaula vacía y está jugando por ahí con sus amigos de la plaza.
vuela por encima del tren, cree que así podrá llegar hasta Linier sin saltar por encima de la gente que se va a trabajar a la mañana. se hace de noche y mi gorrión no regresa y yo estoy muy solo y muy triste sin él. sé que es mejor así, pero yo soy muy tonto, muy solo y muy triste sin él. ¿qué van a pensar de mí los pajaritos?


aay, mi gorrión, aay, cómo me pude olvidar de que ibas a enterarte que la puerta estaba abierta y que es más fácil estar lejos que encerrado. alguien dijo que te perdí, sé que no es así es solo que entre tanto lío no te encuentro, te compré más alimento, pero sé que no hace falta que la gente te da pan y que las flores te dan agua. se hace de noche y mi gorrión no regresa y yo estoy muy solo y muy triste sin él. sé que es mejor así, pero yo soy muy tonto, muy solo y muy triste sin él. ¿qué van a pensar de mí los pajaritos?...


vídeo

Retrato (Cecilia Meireles)


Yo no tenía este rostro de hoy,
tan calmo, tan triste, tan delgado,
ni estos ojos tan vacíos,
ni este labio amargo.

Yo no tenía estas manos sin fuerza,
tan detenidas y frías y muertas;
yo no tenía este corazón
que ni se muestra.

Yo no advertí este cambio,
tan simple, tan cierto, tan fácil:
¿En qué espejo se perdió
mi imagen?

Resurreción (Cecilia Meireles)


No cantes, no cantes, porque vienen de lejos los náufragos,
vienen los presos, los tuertos, los monjes, los oradores,
los suicidas.
Vienen las puertas, de nuevo, y el frío de las piedras,
de las escalinatas,
y, con un ropaje negro, aquellas dos manos antiguas.
Y una vela de móvil llama humeante. Y los libros. Y
las escrituras.
No cantes, no. Porque era la música de tu
voz lo que se oía. Soy una muerta reciente, aún
con lágrimas.
Alguien escupió distraídamente sobre mis pestañas.
Por eso vi que ya era tarde.
Y dejé en mis pies quedarse el sol y andar las moscas.
Y de mis dientes se escurrió una lenta saliva.
No cantes, pues trencé mis cabellos, ahora,
y estoy ante el espejo, y sé bien que ando en fuga.

domingo, 5 de mayo de 2013

Los peces besaban mis manos, me escuchaban reír, me contaban sus secretos, eran naranjos y plomos y no brillaban. Ahora los echo tanto de menos que he empezado a coserme escamas en la piel y paso más tiempo en la ducha intentando nadar bajo el chorro de agua.

Downtown - Claudio Bertoni


a veces siento tanto

lo que siento por ti que
me meto en uno de esos
pasajes por los que no pasa
nunca nadie y hay puros zurcidores
japoneses y afiladores de tijeras y me
pongo a llorar mirando un ovillo de lana.

viernes, 3 de mayo de 2013


A veces los ojos se me humedecen tanto que las pupilas me empiezan a tiritar de frío.