lunes, 25 de noviembre de 2013

Bórdame el corazón adentro con todos los hilos. Bórdame hasta la sangre. Quizás de qué colores tendré el alma. Como en espiral me bordas. Ay, qué dolor tiene el cuerpo.

Camila Moreno - Bordado

domingo, 17 de noviembre de 2013

El tiene cuarenta y pico años. Ella, dieciséis. Él es el profesor. Ella la alumna. Él ha vivido, es un ex-todo, por tanto ha hecho cosas de las que avergonzarse, de las que sentirse culpable y arrepentido. Ella no ha vivido, apenas comienza a hacerlo, o quizá ha vivido más intensamente de lo que los de cuarenta y pico creen. “Yo te muestro el camino en el bosque. Para que seas alguien. Para que seas feliz. Para que ganes plata. A mí me encargaron eso. A mí que soy nadie. A mí que he sido infeliz y que no tengo plata”, le dice él. Pero también: “¿Te has mirado las manos contra el sol y dicho: “estoy viva, estoy viva, los pájaros también están vivos?” La estabilidad no existe. El universo es una explosión. Mírame a mí. Yo soy estable. Él es un superviviente de tantas revoluciones y de tantas adversidades, un perdedor que vive traicionándose a sí mismo, por eso es a veces sarcástico y cínico, y otras de una lucidez y una sinceridad desesperadas; es dolorosamente consciente de que vive de “corromper mentes vírgenes con la infraestructura del capital”, por eso le pide a ella que tenga valor y arruine su vida.
Pero ella es la pureza, una extraña pureza a la intemperie, y le dice a él cosas como: “Lo que te quiero pedir es que dejes de sufrir. No nos eduques. Déjanos tranquilos. O al menos enséñanos la luna, el sánscrito, la vida miserable de los artistas. Quiero saber si en el fondo el dinero nos pone tristes. Somos polvo de la misma explosión. Acepta todo, ayuda a los que sufren, todos sufrimos, yo sufro, ayúdame a mí. Quiero mejor educación. Que me enseñen a ser inútil, a sentarme debajo de los árboles, a ponerles joyas a los elefantes”.

Jesu Montero sobre la obra de teatro "Clase" de Guillermo Calderón. Aquí completo

domingo, 10 de noviembre de 2013


Sin compararme con nadie, creo que el gran conocimiento se adquiere en las calles, en la conversación con todo el mundo y en la observación del paisaje. Es lo que nos enseñaron los griegos. Sócrates no era un hombre de biblioteca; repartía su sabiduría en los mercados. Diógenes el Cínico también. Yo creo que la torre de marfil del poeta no es efectiva. No es que el poeta tenga que ser el hombre de lo cotidiano, pero debe incorporar lo cotidiano a su manera, transmutarlo, como los alquimistas hacían con los metales. Todos los materiales son buenos, la cuestión es saber usarlos.

Jorge Teillier (un maestro!)
Necesito los pequeños detalles, son el reflejo de cada uno de nosotros. Es lo que echo de menos constantemente. Por eso no se puede reemplazar a nadie, porque todos estamos hechos de pequeños y preciosos detalles.
Dice un viejo cuento sufí que cuando un niño está en el seno de su madre tiene todo el conocimiento del mundo. Sabe cuántas estrellas hay en el firmamento, cuántas gotas hay en el mar y cuántos granos de arena en el desierto. Conoce los misterios del cielo y las estrellas, y conoce hasta la última letra de la Torah. No hay misterio sobre la faz de la tierra que desconozca, ni misterio en el cielo o en el mar que no pueda resolver. Pero cuando está a punto de nacer, su ángel de la guarda baja del cielo y colocando un dedo sobre sus labios sella todo su conocimiento dentro de él, y le susurra una sola palabra: “Aprende.”

domingo, 3 de noviembre de 2013

Qué lástima. Idea Vilariño


Qué lastima
que sea sólo esto
que quede así
no sirva más
esté acabado
venga a parar en esto.

Qué lástima que no
pudiéramos
sirviéramos
que no sepamos ya
que ya no demos más
que estemos ya tan secos.

Qué lástima
qué lástima
estar muertos
faltar
a tan hondo deber
a tan preciada cita
a un amor tan seguro.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Poco se sabe, Juan Gelman


Yo no sabía que
no tenerte podía ser dulce como
nombrarte para que vengas aunque 
no vengas y no haya sino
tu ausencia tan
dura como el golpe que
me di en la cara pensando en vos