sábado, 17 de mayo de 2014
martes, 13 de mayo de 2014
La doncella
Una vez, yo fui mortal
junto a un océano
que tenía los nombres de la noche
pero el primer hombre vino
con su trineo de fuego
impulsado por el sol
Fui transportada
hasta el hueco lunar para una virgen
condenada a iluminar
un mundo árido de mañanas interminables
que espantan a la misma luna
Por dondequiera que corrí
en busca de algún camino a casa
la mañana había bifurcado
los ríos horrendos
que anidan evaporantes en el lecho espumoso
de mi madre mar.
El tiempo forzó la luna
hasta empreñarla
y me encontraron mortal
junto a un cráter
recitando
la mar de nombres de la noche.
*Audre Lorde
junto a un océano
que tenía los nombres de la noche
pero el primer hombre vino
con su trineo de fuego
impulsado por el sol
Fui transportada
hasta el hueco lunar para una virgen
condenada a iluminar
un mundo árido de mañanas interminables
que espantan a la misma luna
Por dondequiera que corrí
en busca de algún camino a casa
la mañana había bifurcado
los ríos horrendos
que anidan evaporantes en el lecho espumoso
de mi madre mar.
El tiempo forzó la luna
hasta empreñarla
y me encontraron mortal
junto a un cráter
recitando
la mar de nombres de la noche.
*Audre Lorde
Los sonetos de la muerte
Del nicho helado en que los hombres te pusieron, te bajaré a la tierra humilde y soleada.
(fragmento)
*Mistral
(fragmento)
*Mistral
jueves, 8 de mayo de 2014
miércoles, 7 de mayo de 2014
Cajas vacías
Sucede que al irnos, dejamos allá en la casa muchas cosas. Ninguno pudo volver a encontrar sus ganas de reír, de salir a la calle, ni siquiera podíamos recostarnos debajo de los árboles. Hemos revisado todas las cajas, hasta las ollas, pero no encontramos nada.
Aquel día se nos rompió el corazón varias veces, pero nadie pudo saberlo. Se nos hizo tan chiquitito que de suerte no alcanzó a desaparecer.
Hay una parte de nosotros todavía allá, aferrándose a las hojas del parrón, a los nidos de los zorzales, a las escamas de los peces. Lo sabemos porque de repente nos quedamos mudos como viviendo en otra parte y nos da miedo apagar la luz.
Aquel día se nos rompió el corazón varias veces, pero nadie pudo saberlo. Se nos hizo tan chiquitito que de suerte no alcanzó a desaparecer.
Hay una parte de nosotros todavía allá, aferrándose a las hojas del parrón, a los nidos de los zorzales, a las escamas de los peces. Lo sabemos porque de repente nos quedamos mudos como viviendo en otra parte y nos da miedo apagar la luz.
martes, 6 de mayo de 2014
sábado, 3 de mayo de 2014
La vida privada de los árboles
"Ahora mismo, refugiados en la soledad del parque, los árboles comentan la mala suerte de un roble en cuya corteza dos personas grabaron sus nombres en señal de amistad. Nadie tiene derecho a hacerte un tatuaje sin tu consentimiento, opina el álamo, y el baobab es aún más enfático: El roble ha sido víctima de un lamentable acto de vandalismo. Esas personas merecen un castigo. No voy a descansar hasta que tengan el castigo que merecen. Recorreré cielo, mar y tierra persiguiéndolos."
*Alejandro Zambra
*Alejandro Zambra
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