jueves, 7 de abril de 2011

Sin título

El mundo se vuelve vacío
sus manos esquivan el viento.
Los días pasan rápido
no haces más que dormir
dormir despierta.
Los atardeceres deprimen el corazón
te dicen al oído que todo acabó
lo susurran en puntos suspensivos.
La luna es tu mejor amiga,
pero hay veces que no te entiende
y otras tantas no puedes verla
pues tus ojos se encuentran nublados.

Tu piel es un desierto,
tu espíritu no tiene más que soplos
aullidos invernales mientras
afuera reverdece.
Perdiste el amor en un vagón de tren
saltó por la ventana,
de seguro aún sigue con frío escondido entre los rieles.
Corres las cortinas
y el mundo sigue su movimiento habitual
y tú estás en pausa,
desenchufada,
esperando un shock eléctrico que vuelva a darte vida.

El momento es todo lo que tienes,
pero el pasado,
los recuerdos,
es lo único que, en verdad, tienes.
Sólo queda caer
cuando te has perdido a ti misma,
sólo queda esperar
cuando todos pasan alrededor sin dar limosnas,
sólo queda mirar la noche sin palabras.
A lo lejos,
un espejo se rompe.