miércoles, 28 de diciembre de 2011

"Reinvención" de Cecilia Meireles


La vida sólo es posible
reinventada.

Anda el sol por las campiñas,
pasa la mano dorada
por las aguas, por las hojas...
¡Ah! todo pompas
que vienen de hondas piscinas
de ilusionismo... — sin nada.

Pero la vida, la vida,
la vida sólo es posible
reinventada.

Viene la luna y retira
las cadenas de mis brazos.
Me proyecto a unos espacios
llenados de tu Figura.
¡Todo mentira! Mentira
de la luna, en noche oscura.

No te alcanzo, no te encuentro...
En el tiempo equilibrada,
del columpio me desprendo
que afuera del tiempo lleva.

Sola — en nieblas,
quedo: recibida y dada.

Porque la vida, la vida,
la vida sólo es posible
reinventada.


*Tradução de Anderson Braga Horta

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Letra de canción



iba tan tranquila por la calle
antes que
iba tan tranquila por la calle
sin saber
que vendrías tú

iba tan tranquila por la calle
antes que
iba tan tranquila por la calle
sin saber
que vendrías tú
con tu mirada
tu caricia
tu sonrisa
verdad

aunque tengas a otra pendiente
quiero verte más
y aunque sea físicamente
quiero verte más
aunque por una vez tenerte
quiero verte más

con manos empapadas
con mirada embobada
con el corazón latiendo
con el cuerpo resistiendo
basta que me des
sólo una vez
yo se que tú también
lo quieres

y aunque tengas a otra pendiente
quiero verte más
y aunque sea físicamente
quiero verte más
aunque por una vez tenerte
quiero verte más
más
más
más

serena, tranquila
yo hacía mi vida
antes que
llegaras tú
a tentarme
y
no te veo mirarme
a ti quiero entregarme
quiero
que me quieras de una vez
de una vez

aunque tengas a otra pendiente
quiero verte más
aunque sea físicamente
quiero verte más
aunque por una vez tenerte
quiero verte más
más
más

y aunque tengas a otra pendiente
tan sólo ver como te siente
yo ya quiero verte
más
y más
y más
y más



*Francisca Valenzuela

lunes, 19 de diciembre de 2011

Los tres chanchitos

Yo tenía una casita
con tres ventanas
y una puerta.
Las alfombras eran de pasto
los relojes tenían canarios aulladores.
De la tele salía lluvia
cosíamos nubes en las sábanas
la radio nos traía rayos de sol
y caravanas.
En el centro una mesa
dos sillas grandotas
dos sillas chiquitas.
Arriba una virgen de yeso
con discordia de pedestal
piecitos desnudos
llenos de rosas.
A la derecha un sillón
que daba almendras en verano.
A la izquierda un teléfono
que daba naranjas en invierno.

La reja era una gran cruz de madera.

Llegó un chanchito
intentó soplar mi casa
pero sólo se cayó la cruz.
Pusimos una reja de plumavit.

Llegó otro chanchito
hizo temblar la casa
nos ahogamos entre los cristales
de una lámpara
nos tragamos los tenedores
de la cocina
y con una pala de madera
salimos de entre los chinches y las arañas.

Llegó un tercer chanchito
pasó callado y midió con billetes
mi hogar dulce hogar.
Miró nuestro techo azucarado
y puso sal en mi única puerta.
Vino al otro día y habló con mi mamá,
Ay sí! Ay no! Al niño lo quiero yo.
que tu casita tan bonita
que esa tierra donde la tienes es mía
que por qué, que aquí no, que allá mejor
Ay sí! Ay no! Al niño lo quiero yo.
Mi papá temblaba.

Apareció otra vez el chanchito
venía con corona, cetro y capa de plumas.
Entró a mi casa:
rompió la puerta,
quebró las ventanas,
desplumó los relojes,
botó la virgen
le quitó sus rosas
y quemó las sillas.

Ay sí! Ay no! Ay no! Ay no!
¿Dónde está el niño que quiero yo?.



la cosa es simple
se cayó el telón
se acabó la obra
no quedaron líneas en el guión.
sólo un aparte imaginario
recitado como mantra
frente a unas sillas vacías



"Mientras más vivo, menos confío en las ideas y más en los pensamientos"
Louis Malle

martes, 13 de diciembre de 2011




Siempre me siento extraña porque nunca puedo seguir adelante así de fácil. La gente sólo tiene un romance o incluso relaciones completas, después rompen y lo olvidan. Siguen adelante como si hubieran cambiado la marca del cereal.
Yo siento que nunca pude olvidar a nadie con quien he estado, porque cada persona tenía sus características especiales. Uno no puede reemplazar a nadie. Lo que se perdió se perdió.



*Extracto de la película Antes del Atardecer

miércoles, 7 de diciembre de 2011

"La silla que nadie ocupa" de Mario Romero


La silla ha vuelto a ser una estructura vacía,
una forma en busca de su equilibrio,
como los cuadros que sobrevivieron a Mondrian
(viejecito extranjero en Nueva York).

El que se sentaba en ella
no va a volver
y la ha dejado aquí,
en medio del drama.

No es consolador pensar
que otros hombres la ocuparán,
aunque, efectivamente, otros se sentarán en ella.

Así es, Carriego. La gente
desaparece.
Y las sillas resisten como pueden.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Poemas de Bertoni que me dan risa


16/7/91

                                                                   "Si nacieras otra vez, deberías andar despacio
                                                                                              aún en apegarte a tu madre"
                                                                                                                     (C. Pavese).

si yo naciera de nuevo
sería tu marido
y no el triste huevón gemebundo
que ahora soy.



Vivicidio

No he sido capaz de matarme
Pero he sido capaz de no matarme

¡algo es algo!



En qué quedamos

estoy solo
pero no estoy tan solo
Dios está conmigo
pero como Dios no existe
estoy más solo todavía



De puro solo

saludo a las llaves puestas en la puerta
saludo a la manguera
saludo a mis casets y a mis compactos
saludo a sus intérpretes

saludo a mis cigarrillos,
"hermanitos" los llamo.

a los chanchitos
a las hormigas
a las arañas
y a los grillos
también les digo hermanitos.

saludo a mi cama
cuando me acuesto.



Of course

Por supuesto
que me gustaría
tener hijos.

Y por supuesto
que estoy feliz
de no tener hijos



Por siaca

¿y si rezara?
                 -Por siaca-
ganas no me faltan.
                            (Persignarme me gusta).



Vida interior

Tu
ropa
interior
es mi vida
interior.



"La carne es débil"

¡Ojalá fuera débil!



Podríamos irnos

Podríamos irnos al desierto
Pero a ti no te gusta el desierto,
Te gusta el verde.

¡vámonos a vivir
a una palta entonces!

y vivimos en la palta
y nos comemos la palta
y cuando lleguemos al cuesco
cavamos un hueco
y ahí nos quedamos desnudos
tiritando de amor y de frío.



Despierto

cuando despierto
sintiéndome bien
pienso que si yo
que soy el mal amado
se siente bien
tú debes sentirte
mucho mejor
y altiro
me siento mal.



Celos

¡Celos regalo!



Celos (II)

ojos que no ven
corazón que siente
lo que no ven.



Celos (III)

¡me pones los celos de punta!



Celos (IV)

                                                                                           "pero si llegan los celos
                                                                                             quedan en el corazón"
                                                                            (monje anónimo irlandés, sin fecha)

¡zánkiu veri mach!



Ahora

Ahora debería comerme el
berlín. Que me comí hace
una hora. Y media.



"cause I'll be back in my feet someday".

                                                             (Ray Charles)

acabo de dar vuelta
uno de esos bichitos negros
que aquí en Concón
siempre quedan patas para arriba.

meando un rato después
pienso en lo bueno que sería
que apareciera un dedo gigante
y me diera vuelta
a mí también.



*Sacados de "De vez en cuando".



Would you erase me?



Meet me in Montauk.

jueves, 24 de noviembre de 2011

LXXI



Me da igual.
Que estés presente o ausente.
No te necesito.
Sólo te amo.

-Gregorio Bonmati-

domingo, 20 de noviembre de 2011

"Árbol de Diana" de Alejandra Pizarnik


1
He dado el salto de mí al alba.
He dejado mi cuerpo junto a la luz
y he cantado la tristeza de lo que nace.

2
Estas son las versiones que nos propone:
un agujero, una pared que tiembla...

3
sólo la sed
el silencio
ningún encuentro
cuídate de mí amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra

4
                                               Ahora bien:
Quién dejará de hundir su mano en busca
del tributo para la pequeña olvidada. El frío
pagará. Pagará el viento. La lluvia pagará.
Pagará el trueno.


5
por un minuto de vida breve
única de ojos abiertos
por un minuto de ver
en el cerebro flores pequeñas
danzando como palabras en la boca de un mudo


6
ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe


7
Salta con la camisa en llamas
de estrella a estrella,
de sombra en sombra.
Muere de muerte lejana
la que ama al viento.


8
Memoria iluminada, galería donde vaga
la sombra de lo que espero. No es verdad
que vendrá. No es verdad que no vendrá.


9
                                              A Aurora y Julio Cortázar

Estos huesos brillando en la noche,
estas palabras como piedras preciosas
en la garganta viva de un pájaro petrificado,
este verde muy amado,
este lila caliente,
este corazón sólo misterioso.

10
un viento débil
lleno de rostros doblados
que recorto en forma de objetos que amar

11
ahora
           en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada

12
no más las dulces metamorfosis de una niñ3; de seda
sonámbula ahora en la cornisa de niebla

su despertar de mano respirando
de flor que se abre al viento

13
explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome

14
El poema que no digo,
el que no merezco.
Miedo de ser dos
camino del espejo:
alguien en mí dormido
me come y me bebe.

15
Extraño desacostumbrarme
de la hora en que nací.
Extraño no ejercer más
oficio de recién llegada.

16
has construido tu casa
has emplumado tus pájaros
has golpeado al viento
con tus propios huesos
has terminado sola
lo que nadie comenzó

17
Días en que una palabra lejana se apodera de mí. Voy por esos días
sonámbula y transparente. La hermosa autómata se canta, se encanta,
se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me danzo y me
lloro en mis numerosos funerales. (Ella es su espejo incendiado, su
espera en hogueras frías, su elemento místico, su fornicación de nom-
bres creciendo solos en la noche pálida.)

20
                                                               a Laure Bataillon

dice que no sabe del miedo de la muerte del amor
dice que tiene miedo de la muerte del amor
dice que el amor es muerte es miedo
dice que la muerte es miedo es amor
dice que no sabe

21
he nacido tanto
y doblemente sufrido
en la memoria de aquí y de allá

22
en la noche
un espejo para la pequeña muerta
un espejo de cenizas

23
una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo
la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos

32
Zona de plagas donde la dormida come lentamente
su corazón de medianoche.


33
alguna vez
                   alguna vez tal vez
me iré sin quedarme
                   me iré como quien se va


34
la pequeña viajera
moría explicando su muerte

sabios animales nostálgicos
visitaban su cuerpo caliente


35
a Ester Singer

Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida, déjate enlazar de fuego,
de silencio ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche,
déjate caer y doler, mi vida.


37
más allá de cualquier zona prohibida
hay un espejo para nuestra triste transparencia


38
Este canto arrepentido, vigía detrás de mis poemas'
este canto me desmiente, me amordaza.

lunes, 7 de noviembre de 2011

"Chau número tres" de Mario Benedetti

Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres
sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
seguro sin seguro
te dejo frente al mar
descifrándote a solas
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota
te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía
pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono
estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos
estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra
estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen
y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote. 

lunes, 29 de agosto de 2011

Cortometraje "Père-Lachaise" del director Wes Craven en la película "Paris, je t'aime"


Una pareja va caminando por el cementerio Père-Lachaise de París.
- ¡Es tan hermoso!.
- Un montón de tumbas.
- Pero de personas increíbles. Chopin... Sarah Bernhart... Proust...
- (La interrumpe) Personas muertas.
- Te enojas que estemos aquí.
- Hay tantas cosas que debemos hacer.
- ¡Estamos de vacaciones!.
- De luna de miel. Deberíamos estar cenando ¡En un tres estrellas!
- Nos casaremos dentro de un mes. Creo que es por aquí.
- Acordamos que esta sería nuestra luna de miel. No tendremos lugar en nuestra agenda por los próximos 6 meses.
- Tu agenda. Tú aceptaste ese trabajo.
- Dijiste que podía.
- Si vamos a casarnos, debes saber cuándo miento. Es lo básico.
- ¿Tú me mentiste?.
- No en el mal sentido.
- ¿Sólo me dices buenas mentiras?.
- Las mejores.
- ¿Me amas?.
- Por supuesto que sí.
- ¿Cómo sé que me dices la verdad?.
- Esa será tu tarea para hoy.
- Te creo.
- Hazme reír de vez en cuando, y todo irá bien.
- ¡Pero yo nunca soy divertido! Me lo dijiste hoy en el Louvre.
- Lo que se dice en un museo nunca es en serio.
- Para mí todo es en serio. Es un mundo serio. Nunca hice reír a nadie.
-Siempre hay una primera vez. Debería ser por aquí... ¡Allá!.
- Eso es... horrible.
- Eso no es divertido.
- Oscar Wilde. ¿Por qué querías ver esta tumba en particular?.
- Porque él me hace reír.
- Sigues con eso del humor.
- ¿Sabes cuáles fueron sus últimas palabras?
- ¿"Entiérrenme bajo algo horrible"?.
- Estaba en su lecho de muerte... en un hotel barato. Detestaba la decoración, pero no tenía dinero para irse. Justo antes de morir, les dice a sus amigos... "o se va este empapelado, o me voy yo".
- (Señalando cientos de marcas de besos sobre la tumba) ¿Qué son esos?.
- Gratitud (Besa la tumba).
- No puedo creerlo. ¿Quién sabe dónde estuvieron esos labios?.
- No puedo casarme contigo.
- No estaba hablando de tus labios.
- No, no puedo. ¿Una vida sin risa?.
- ¿No quieres casarte conmigo porque no te hago reír? ¿Qué esperas de un marido? ¿Payasadas?.
- No. Ligereza.
- Tomaré un curso de levedad luego de nuestra boda.
- Eso no sucederá.
- ¿Amenazas con abandonarme?.
- ¡Mantengo todo lo que dije hoy en el Louvre!.
- Lo sabía.
- ¡Eres siniestro! ¡Merezco alguien con espíritu, un poeta!.
- ¡Encuentra una cabaña, sé espiritual y muérete de hambre!. ¿Sabes qué? ¡Estaré mejor sin ti!. (Se cae) Estoy bien, estoy bien.
De pronto, aparece Oscar Wilde sentado en una silla.
- De hecho no lo estás. Si la dejas partir... morirás. Y la muerte del corazón... es la muerte más horrible que existe.
- (Corre hacia su novia) ¡Frances! ¡Frances!. (La besa) Lo siento. Soy un idiota. No quise entristecerte, ni decepcionarte. Sólo puedo decir que... Los amigos te apuñalan por delante.
- (Asombrada) ¿Qué dijiste?.
- ¿Cómo puedes ser feliz con un hombre que trata como un ser humano común y corriente?.
- ¡Esas son mis frases favoritas!.
- Ya lo sabía.
- Sabía que tenías eso en ti.
Oscar Wilde se despide de él y desaparece.
- Lo siento. Volvamos a nuestra habitación. Te haré reír.
Un punto se corre de la luna tejida en el cielo dejando caer un poco de algodón entre las estrellas.

viernes, 26 de agosto de 2011

"Yo no sé cuál es tu hogar" Jorge Teillier

Yo no sé cuál es tu hogar
pero sé que has perdido tu hogar.
Sé que hay una casa
con ventanas clausuradas.
Pero todas las noches
los caminantes entrevén una luz
siempre encendida
en la cabecera del niño moribundo.
“No tiene un hogar
sólo tienes libertad
de errar por todas las tierras
sin encontrar hogar”.
No sabes si tu hogar
es la choza que hizo el pescador de truchas
o el castillo incendiado
donde sobrevive sobre el techo
el gallo de acero inoxidable.
No tienes un hogar
no tienes un domingo después de misa
donde repartir pan a bulliciosos amigos
donde las viejas tías siguen tejiendo a crochet
y los ancianos duermen tras el postre de leche nevada.
No tienes un hogar
sólo montones de papeles que cualquiera puede convertir
en cenizas
sólo ropa que será entregada a las polillas
sólo un lecho que será lanzado al río.
No tienes un hogar
como el anciano chino
que en el año de su suerte vive feliz con un cerdo en casa.
Los tabiques de la noche son demasiado débiles
y no puedes afirmarte en ellos
los ojos no quieren abrirse a la luz del alba
los sargazos te impiden seguir tu paso.
“No tiene un hogar
sólo tienes libertad
de errar por todas las tierras
sin encontrar hogar".

miércoles, 15 de junio de 2011

Carta a la federación de estudiantes universitarios

Queridos compañeros:


No desmayéis un solo instante en esta hermosa labor de despertar a la juventud; mañana recordaremos estos días de entusiasmo como lo mejor de nuestra vida y quizás este recuerdo prolongue nuestro vigor y retarde para nosotros la hora de la vejez.


Nuestro gesto es sólo un gesto de afirmación magnifica. Existimos y queremos probarlo. En medio de la baba gaseosa que se respira en el ambiente chileno, en medio de la piara estúpida y taciturna que enmienda de mediocridad nuestra vida cotidiana, hemos lanzado un grito y es preciso que este grito, reflejo de todos nuestros anhelos, se condense en el espacio como la nebulosa que forma un sol de primera magnitud.


Somos los apóstoles de un Cristo invisible, de un Cristo abstracto a la juventud. Convirtamos en realidad este abstracto, realicémoslo, como aquel que ansiara realizar un sueño. Es posible que muchos quieran crucificarlos, es posible que lo crucifiquen, pero antes de la crucificción tenemos treinta y tres años para sembrar.


Jóvenes, seamos jóvenes, seamos dinámicos, seamos enérgicos, seamos puros, desinteresados y dispuestos al sacrificio. Sacudamos esta apatía de buey durmiente que adormece hasta el paisaje de primavera con su sola presencia.


Ayer uno de vosotros decía que yo he sido siempre como una descarga eléctrica, que soy un despertador. Esa frase me basta como recompensa, es el mejor elogio al que puedo aspirar y si realmente he logrado sacudir el adormecimiento de siesta española que nos caracteriza, podré volver a Europa pensando que valía la pena haber venido a la patria, pues he realizado en ella algo grande.


¡Hicimos nacer la juventud!


Ninguno de vosotros, vaya donde vaya, podrá olvidar jamás estos momentos de lucha, de fiebre fecunda, en que vuestros ojos se iluminaban de fe, vuestros ojos de apóstoles del Cristo abstracto.


Por favor, amigos, no desmayéis. Nada nos importa el triunfo, pues sólo queremos afirmar esto: no creemos en ellos, ni en su ciencia, ni en su virtud, ni en su inteligencia, ni en su experiencia.


Ellos nos han condenado a vivir en un país sin atractivos y nada interesante, han hecho de este país un país tal que el pueblo ha llegado a perder el sentido de la palabra patria y no sabe por qué debe amar su tierra.


Nuestro deber es resucitar este Lázaro, aún recién muerto, antes de que ya, podrido, tengamos que ir a buscar sus parcelas en el vientre de los gusanos.


Hagamos un país hermoso y próspero para dejarlo a nuestros hijos y que no se vean obligados a huir de estos parajes como de una tierra maldita.


Que ninguno de los sepultureros vuelvan a mostrar en la escena su cara amarillenta, con esto sólo Chile está salvado.


Salud y entusiasmo.


Vicente Huidobro.


(En: Espiga. vol. 3, 1925. Primavera)

miércoles, 8 de junio de 2011

Manifiesto

No me interesa el idioma grandilocuente de los pequeños dioses nacidos fuera de época.
Me quedo con la jerga de los pajaritos, sean gorriones, zorzales o palomas -no me interesan ni alondras ni ruiseñores-.
Me quedo con las palabras del asfalto, el barro, los mimos y los profetas apocalípticos.

domingo, 29 de mayo de 2011

Según yo Pedro Aznar la escribió para mí

Ella se perdió porque suponía lo que debería pasar.
Ella se perdió entre las palabras esperando que abran el mar.
Y siempre oyó lo que él no le decía, oía muy mal.

Ella fue y volvió por caminos ciegos, se quemó con fuego al pasar.
Ella fue y volvió ya sin compañía porque no quería cambiar.
Y siempre vio fantasmas que no había, veía muy mal.

Por hablar
Por no dormir
Por hoy vivir
en el ayer

Por guardar
dentro de sí
Por no salir
Por no perder

Ella se perdió cuando ni pensaba que la suerte estaba en impar.
Ella se perdió se metió en un viento que cortó su aliento al soplar.
Y siempre dijo lo que ella creía decía muy mal.

El día de mi cumpleaños

No he bajado del Olimpo una noche salí ensangrentada de mi madre muerta de vergüenza y dando los buenos días. No fui bañada en aguas inmortales, al contrario estuve trece días ahogada bajo un velo brillante. Nací el día de las Susanas, mientras las hojas amarillas caían. Llegue al mundo llena de pelos y una frente sin estrella, con un ramillete de esperanzas en la mano, zapatitos de algodón y ojos mirando hacia adentro. No he bajado del Olimpo, he brotado de la tierra como todos los míos, de la tierra sembrada con sudor y frío, con angustia y vino. Aquel día toqué la puerta carnosa de mi madre, después de escuchar misa y haber bailado toda la noche con los pajaritos.

martes, 10 de mayo de 2011

Agua corre por sus venas de metal

La calle está callada,

tosió todos las pisadas por la noche.

Ahora vuelve a pegar nuestros caminos a su antojo

para hacernos chocar

y creer que nos perseguimos.

Llora un poco por los atropellos

que sentirá en un rato,

lágrimas multicolores se juntan en la acera.


La calle respira por los hoyos,

luego exhala un vapor invisible por las grietas.

Después cruje

y vuelve a hundirse en el suelo.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Desde que te conozco he pensado que eres como una casa

recuerdo en sepia de un lugar añorado.

Hueles a ropa que está guardada

y tienes sabor a hojas entre tierra húmeda.

Eres madera y soplo de viento nocturno,

cabritas saltarinas en la olla y gato ronroneante.

Desde que te conozco eres mi casa

me refugio en ti como luz en las mañanas.

Ella es un misterio

Eras tan pequeña cuando creíste perder la cabeza.
¿Acaso no te diste cuenta que estaba encadenada a tu cuello y sólo se había caído?
¿Puedes verla ahora?.

Ayer perdiste tu corazón, o eso creíste
porque está encadenado a tu cuello pero lo botaste sin notarlo.
¿No escuchas como lo arrastras junto a tus pies?.

Estás tranquila
porque sabes que la quinta esencia lo es todo.
Pero, ¿acaso eres ciega, o sorda?,
¿lo haces a propósito? ¿o no sientes?.

La respuesta es simple:
nunca recoges lo que está en el suelo.

lunes, 25 de abril de 2011

"Epitafio" Gonzalo Rojas

Se dirá en el adiós que ame los pájaros salvajes, el aullido
cerrado ahí, tersa la tabla
de no morir, las flores:
aquí yace
Gonzalo cuando el viento
y unas pobres mujeres lo lloraron.

miércoles, 13 de abril de 2011

Tokio Blues (Norwegian wood), Haruki Murakami


—¿Has leído El capital de Karl Marx? —me preguntó Midori.
—Sí. Como la mayoría de la gente.—¿Y lo has entendido?
—Algunos pasajes sí, pero otros no. Para poder leer El capital, antes es necesario haber adquirido un sistema de pensamiento. Pero, en general, entiendo el marxismo bastante bien.
—¿Crees que un estudiante de primero de universidad que no haya leído muchos libros de
ese estilo puede entenderlo?
—Creo que no —dije.
—Cuando ingresé en la universidad, entré en un club de música folk porque me apetecía cantar. Pero aquel sitio estaba lleno de impostores. Cuando me acuerdo de ellos, se me ponen los pelos de punta. Al entrar allí, lo primero que te hacían leer era El capital. «Para el próximo día, lee de tal a tal página.» Según el discursito que nos soltaron, la música folk estaba íntimamente ligada a la sociedad y al movimiento radical. ¡Ya ves tú! En cuanto llegaba a casa, me esforzaba en leer a Marx. Pero no entendía nada. Aquello era peor que el modo condicional. Desistí a la tercera página. En la siguiente reunión dije que lo había leído pero que no había entendido nada. A partir de entonces me trataron de imbécil: que no tenía conciencia de los problemas, que me faltaba conciencia social... No bromeo. Y todo por decir que no entendía un texto. ¿No te parece alucinante?
—Sí.
—Los «debates» también eran terribles. Todos utilizaban palabras complicadas y ponían cara de entenderlo todo. Como no me aclaraba, volví a preguntar: «¿Qué es la explotación imperialista? ¿Tiene alguna relación con la Compañía de las Indias Orientales?». O esto otro: «¡Abajo la comunidad industrial-académica! ¿Significa que al salir de la universidad uno no puede encontrar trabajo en una empresa?». Nadie supo explicármelo. Al contrario, se enfadaron ostensiblemente. ¿Puedes creerlo?
—Sí.
—Me gritaban: «¿Cómo puede ser que no entiendas estas cosas? ¿Qué tienes en la cabeza?». Y ése fue el fin. Quizás yo no soy muy inteligente. Pertenezco al pueblo. Pero ¿no es el pueblo el que hace funcionar el mundo? ¿Acaso no es el pueblo el explotado? ¿Qué revolución es ésa en que se alardea de palabras complicadas que el pueblo no entiende? ¿Qué clase de cambio social es ése? Yo también quiero mejorar el mundo. Pienso que, si alguien está siendo explotado, esto tiene que terminar. Y de ahí vienen mis preguntas. ¿Tengo razón?
—Sí, tienes razón.
—Entonces llegué a la conclusión de que todos aquellos tíos eran unos impostores. Que se sentían felices fanfarroneando con palabras complicadas, que sólo pretendían impresionar a las alumnas de primero y meterles mano bajo las faldas. Y que, al terminar cuarto, se cortarían el pelo, buscarían un empleo en Mitsubishi-Shōji, en Tokyo Broadcasting System, IBM o en el banco Fuji, se casarían con unas bellezas que no hubieran leído a Marx en su vida y les pondrían nombres repelentes a sus hijos, de ésos rebuscados. ¿«Abajo la comunidad industrial-académica»? Era para llorar de risa... No te imaginas a los nuevos. Pese a no entender nada, ponían cara de sabelotodo y se reían de mí. Incluso me soltaban: «Eres tonta. Aunque no entiendas nada, tú diles "Sí, sí. ¡Y tanto!", y ya está». Hay una cosa que aún me molestó más. ¿Quieres que te la cuente?
—Sí.
—Un día nos convocaron a una reunión política a medianoche, y a las chicas nos dijeron que lleváramos veinte onigiri cada una. ¡No bromeo! ¿No te parece una discriminación sexual? Pero, en fin, como siempre era el motivo de la discordia, decidí hacer los veinte onigiri sin rechistar. Les metí umeboshi dentro y los envolví con nori. ¿Y sabes qué me dijeron? Que dentro de mis onigiri sólo había umeboshi y que no había traído nada más. Por lo visto, las otras chicas los habían rellenado con salmón o huevas de bacalao y los habían acompañado de tortilla. Me puse tan furiosa que no me salían las palabras. ¿Aquellos tíos que se llenaban la boca hablando de la revolución protestaban por unos onigiri que iban a comerse a medianoche? ¿No era suficiente para ellos unos onigiri con umeboshi dentro y envueltos en nori? ¡Pensad en los niños de la India!
Me reí a mandíbula batiente.
—¿Y qué hiciste con el club de estudiantes?
—Dejé de ir en junio. Ya estaba harta. No aguantaba más —explicó Midori—. La mayoría de chicos en esta universidad son unos idiotas. Viven temblando de miedo de que los demás se den cuenta de que no saben algo. Todos leen los mismos libros, dicen las mismas cosas, todos se emocionan escuchando a John Coltrane y viendo películas de Pasolini. ¿Es esto la revolución?
—Jamás he visto una, así que no puedo decírtelo.
—Si esto es la revolución, yo no la quiero para nada. Me fusilarían por no meter más que umeboshi en los onigiri. Y a ti te fusilarían por entender el modo condicional.
—Es posible —dije.
—Yo eso lo sé muy bien. Porque soy del pueblo. Haya o no revolución, el pueblo seguirá sin contar para nada y tirando para adelante, día a día. ¿Qué es la revolución? No es sólo cambiar el nombre del ayuntamiento. Pero aquellos personajes no tenían ni idea. Ellos fanfarroneaban diciendo tonterías. ¿Has visto alguna vez a un inspector de Hacienda?
—No.
—Yo sí. Muchas veces. Entran tan resueltos en las casas ajenas, dándose importancia: «¿Qué es este libro de contabilidad? Veo que todo está un poco manga por hombro. ¿De verdad cree que esto es un gasto? Enséñeme los recibos. ¡Los recibos!». Nosotros estábamos agazapados en un rincón de la tienda y, al llegar la hora de comer, hacíamos traer sushi. Mi padre jamás intentó estafar con los impuestos. Él es así. Chapado a la antigua. No obstante, el inspector de Hacienda iba protestando por todo. «Los ingresos son un poco bajos, ¿no le parece?» Los ingresos eran bajos porque ganábamos cuatro perras. Cuando nos decía eso nos sentíamos humillados. Me daban ganas de gritarle: «¡Vete a hacer eso a un sitio donde haya más dinero!». Watanabe, ¿crees que si triunfara la revolución cambiaría la actitud de los inspectores de Hacienda?
—Lo dudo muchísimo.
—Entonces yo no creo en la revolución. Yo sólo creo en el amor.
—¡Di que sí! —grité.
—¡Eso es! —exclamó Midori

jueves, 7 de abril de 2011

Sin título

El mundo se vuelve vacío
sus manos esquivan el viento.
Los días pasan rápido
no haces más que dormir
dormir despierta.
Los atardeceres deprimen el corazón
te dicen al oído que todo acabó
lo susurran en puntos suspensivos.
La luna es tu mejor amiga,
pero hay veces que no te entiende
y otras tantas no puedes verla
pues tus ojos se encuentran nublados.

Tu piel es un desierto,
tu espíritu no tiene más que soplos
aullidos invernales mientras
afuera reverdece.
Perdiste el amor en un vagón de tren
saltó por la ventana,
de seguro aún sigue con frío escondido entre los rieles.
Corres las cortinas
y el mundo sigue su movimiento habitual
y tú estás en pausa,
desenchufada,
esperando un shock eléctrico que vuelva a darte vida.

El momento es todo lo que tienes,
pero el pasado,
los recuerdos,
es lo único que, en verdad, tienes.
Sólo queda caer
cuando te has perdido a ti misma,
sólo queda esperar
cuando todos pasan alrededor sin dar limosnas,
sólo queda mirar la noche sin palabras.
A lo lejos,
un espejo se rompe.

martes, 5 de abril de 2011

"Abecedario" Pedro Aznar

Yo querría poder usar contigo, la voz de la poesía el tiempo todo.
Y evitar así
los oscuros laberintos de la mente; las dudas, las preguntas, la incertidumbre. Las palabras hirientes las contradicciones, el miedo. Hablar, solamente, desde aquel punto en mi pecho donde nace el fuego, sin la lina negra, sin el fujo imprevisible de las mareas. Después de todo, ¿para qué perderme en el abecedario, cuando sólo quiero decir te amo?

"Hombre que mira más allá de sus narices" Mario Benedetti

Hoy me despierto tosco y solitario
no tengo a nadie para dar mis quejas
nadie a quien echar mis culpas de quietud

Sé que hoy me van a cerrar todas las puertas
y que no llegará cierta
carta que espero
que habrá malas noticias en los diarios
que la que quiero no pensará en mí
y lo que es muchísimo peor
que pensarán en mi los coroneles
que el mundo será un oscuro
paquete de angustias
que muchos otros aquí o en cualquier parte
se sentirán también toscos y solos
que el cielo se derrumbará
como un techo podrido
y hasta mi sombra
se burlará de mis confianzas

menos mal
que me conozco

menos mal que mañana
o a más tardar pasado

sé que despertaré alegre y solidario
con mi culpita bien lavada y planchada
y no solo se me abrirán las puertas
sino tambien las ventanas y las vidas
y la carta que espero llegará
y la leeré seis o siete veces
y las malas noticias de los diarios
no alcanzarán a cubrir las buenas nuevas
y la que quiero
pensará en mi hasta conmoverse
y lo que es muchísimo mejor
los coroneles me echarán al olvido
y no solo yo muchos otros tambien
se sentirán solidarios y alegres
y a nadie le importará
que el cielo se derrumbe
y más de uno dirá que ya era hora
y mi sombra empezará a mirarme con respeto

será buena
tan buena la jornada
que desde ya
mi soledad se espanta.

"Yo fui la más callada..." Julia de Burgos


Yo fui la más callada
de todas las que hicieron el viaje hasta tu puerto.

No me anunciaron lúbricas ceremonias sociales,
ni las sordas campanas de ancestrales reflejos;
mi ruta era la música salvaje de los pájaros
que soltaba a los aires mi bondad en revuelo...

No me cargaron buques pesados de opulencia,
ni alfombras orientales apoyaron mi cuerpo;
encima de los buques mi rostro aparecía
silbando en la redonda sencillez de los vientos.

No pesé la armonía de ambiciones triviales
que prometía tu mano colmada de destellos:
sólo pesé en el suelo de mi espíritu ágil
el trágico abandono que ocultaba tu gesto.

Tu dualidad perenne la marcó mi sed ávida.
Te parecías al mar, resonante y discreto.
Sobre ti fui pasando mis horarios perdidos.
Sobre mí te seguiste como el sol en los pétalos.

Y caminé en la brisa de tu dolor caído
con la tristeza ingenua de saberme en lo cierto:
tu vida era un profundo batir de inquietas fuentes
en inmenso río blando corriendo hacia el desierto.

Un día, por las playas amarillas de histeria,
muchas caras ocultas de ambición te siguieron;
por tu oleaje de lágrimas arrancadas al cosmos
se colaron las voces sin cruzar tu misterio...

Yo fui la más callada.
La voz casi sin eco.
La conciencia tendida en sílaba de angustia,
desparramada y tierna, por todos los silencios.

Yo fui la más callada.
La que saltó la tierra sin más arma que un verso.
¡Y aquí me veis, estrellas,
desparramada y tierna, con su amor en mi pecho!