sábado, 3 de mayo de 2014

La vida privada de los árboles

"Ahora mismo, refugiados en la soledad del parque, los árboles comentan la mala suerte de un roble en cuya corteza dos personas grabaron sus nombres en señal de amistad. Nadie tiene derecho a hacerte un tatuaje sin tu consentimiento, opina el álamo, y el baobab es aún más enfático: El roble ha sido víctima de un lamentable acto de vandalismo. Esas personas merecen un castigo. No voy a descansar hasta que tengan el castigo que merecen. Recorreré cielo, mar y tierra persiguiéndolos."

*Alejandro Zambra