martes, 10 de mayo de 2011

Agua corre por sus venas de metal

La calle está callada,

tosió todos las pisadas por la noche.

Ahora vuelve a pegar nuestros caminos a su antojo

para hacernos chocar

y creer que nos perseguimos.

Llora un poco por los atropellos

que sentirá en un rato,

lágrimas multicolores se juntan en la acera.


La calle respira por los hoyos,

luego exhala un vapor invisible por las grietas.

Después cruje

y vuelve a hundirse en el suelo.