Somos las que nacimos sin derecho a metáforas
apenas tuvimos derecho de nacimiento.
Llegamos en patota y de golpe
como las balas que cruzaban el cielo
cuando aparecimos rasgando las sábanas.
Somos las que tienen los ojos llenos de tierra
las manos rajadas con detergente
las uñas cortas, embarradas, brutas.
Somos las que están marcadas
con signos trágicos en el vientre.
Nuestros corazones pegan fuerte
porque así nos enseñaron a sobrevivir
antes de vivir.
Un día vamos a ladrar tan fuerte
que nos volverá la voz,
y el polvo que nos echaron encima
se irá lejos de nosotras.
Un día bordaremos un mantel
tan grande
que cubrirá todas las penas
derramadas en la tierra.
Un día corremos a pie pelado
por entre árboles y avenidas,
y sacaremos del barro
todos los fuegos que nos han apagado,
todas las risas que se han malgastado,
todas las muertas que nos han enterrado,
todo, todo, lo que nos han quitado.